domingo, 13 de octubre de 2013

Se vende riñón para poder estudiar en Madrid

El periódico "El País" nos ilustraba el pasado martes con la siguiente noticia: Los rectores de Madrid recurren la subida de tasas universitarias. Descomponiendo el artículo encontramos datos tan llamativos como que la región cuenta con los precios públicos más altos de España, tras subir un 68% de media en dos cursos. Además, los campus reclaman 21 millones a la comunidad por becas impagadas y solicitan otros 509 millones por vía judicial por atrasos en inversiones y complementos salariales.


Reflexionando, como alumna de la Universidad Complutense que soy, se llegan a datos como que estudiar Ciencias Políticas- mi carrera- cuesta ahora más del doble que hace dos años. Dos años en los que la crisis económica que nuestro país sufre se hace notar cada vez más y que nosotros, los estudiantes, somos unos de los sectores más perjudicados. El colectivo universitario sufre algo que, cuanto menos, carece de lógica. Nos quejamos de ser uno de los países europeos con los peores indices en todas las encuestas que a los estudios hacen referencia pero, en lugar de desarrollar e invertir en dicho ámbito, lo atacamos.


¿Qué futuro estamos creando si nos dedicamos a dificultar el curso de una carrera? ¿Cuál es la finalidad de todo esto? Porque no cabe duda que solo derivará en un retroceso que perjudicará a toda la sociedad española tanto a nivel económico, como a nivel social y sobre todo cultural. ¿A dónde queremos llegar?

jueves, 3 de octubre de 2013

Primer día de clase: ¿Qué hemos re-aprendido hoy?

Ayer, 2 de octubre de 2013 a las 9 de la mañana, nuestro profesor de Economía Política II -Roberto Carballo- nos ha hecho despertar a los que aún seguíamos dormidos mediante una reflexión sobre los aspectos y experiencias- positivas y negativas- que hemos vivido en el ámbito de la educación. Dividida la clase en grupos, hemos iniciado una conversación, en mi opinión bastante amena y en muchas ocasiones divertida, en la que expusimos en primer lugar que es lo que menos nos ha aportado o incluso aquellas vivencias que intentaríamos no repetir. En este punto casi todos hablamos de algún que otro profesor con el que la asignatura se nos complicó bastante, y aunque no siempre se nombró al mismo docente si que todos presentaban a grandes rasgos las mismas características: falta de profesionalidad, ausencia de motivación y seriedad en sus clases, e incluso se comentaron ciertos casos en los que los profesores habían tratado con desprecio y de forma vejatoria a las mujeres o a los alumnos que presentaban una ideología opuesta a ellos. ¿Qué sacamos de este coloquio? Lo principal fue anotar con que instructores era mejor no cruzarnos en los 2 cursos que nos quedan de carrera si queríamos  no repetir las aventuras narradas por nuestros compañeros, ya que en mi grupo había alumnos experimentados, pues eran de cuarto curso.

El segundo punto a tratar fueron aquellas situaciones positivas por las que la vida estudiantil nos había hecho pasar. Además de realizar diversas recomendaciones sobre profesores, se destacaron aspectos como la posibilidad de conocer a gente nueva, los cuales en un futuro llegan a ser tus amigos; los viajes y excursiones realizadas tanto dentro como fuera de España; y uno de los que a mi me parece de los más importantes es la posibilidad de crecer y formarte gracias a la buena enseñanza que muchos profesores imparten dentro de las aulas y, por supuesto, fuera de ellas. La cercanía que muchos profesores muestran hacía el alumnado esta muy valorada entre nosotros pues crea un vínculo superior en lugar de limitarse a la relación profesor-alumno. Señalamos en conjunto que entre todo lo analizado y debatido en esta clase lo que más importaba para el estudiante era la actitud del profesor porque, por muy cruda y difícil que fuera una asignatura el profesor tiene el poder de transformarla en algo entretenido e interesante.

Ojalá cuando acabe este curso solo tenga buenas vivencias que contar. De momento ha empezado muy bien.